El director británico Peter Webber (La joven del arete de perla), vino a Colombia encantado por el ambiente y la locación para filmar esta obra sobre unos “carteristas” en Bogotá.
La cinta colombo-francesa tiene
valores cinematográficos para destacar: bella fotografía, buen manejo de cámara
en mano, y la banda sonora que acompaña acertadamente los momentos de acción y
de suspenso.
En 1959 el famoso francés Robert Bresson,
dirigió su película, intentando transmitir la angustia y soledad que vive el
ladrón. Webber ahora, utilizando el mismo nombre de esa clásica película,
proyecta una situación parecida,
añadiendo traiciones, promesas y amistad entre los mismos “colegas”, quienes
encuentran amor, lealtad y solidaridad.
Un grupo de “capos” o “matones” se
aprovechan de la situación precaria de unos jóvenes y los entrenan para robar,
y ellos aceptan por su necesidad económica.
Drama de ladrones callejeros, apodados
Fresh y Doggy (Emiliano Pernía y Dubán Prado), cuyo
maestro e instructor del robo es Chucho (Carlos Bardem, hermano del conocido
Javier Bardem), vigilante de seguridad y que los controla a través de cámaras
de seguridad.
La actuación de los debutantes protagonistas
incluyendo a Juana la grafitera (Natalia Reyes) no es de alabar, aunque
interpretan bien a los personajes representados.
Despierta interés esta película,
retrato de una triste realidad callejera y como alerta para prevenir
situaciones peligrosas y evitar descuidos en las aglomeraciones.