“Mi película es una carta de amor a mi padre”, comentó Laura Mora, la directora, en la entrevista con Portafolio.
Desde pequeña tuvo una relación muy
cercana a su papá. Y cuando tenía 22 años, época de mucha violencia en
Medellín, sin una justificación clara, presencia el asesinato de su padre y de
lejos alcanzó a ver al asesino cuando emprendía la huida en una moto blanca.
Alejada por un tiempo de su familia,
en Australia, una noche tuvo un pesadilla en la cual un joven le decía: “yo me
llamo Jesús, y yo maté a su padre”.
Dos meses después del crimen
accidentalmente encuentra al joven criminal, entra en contacto con él y le
sigue sus pasos.
Con qué finalidad? Conocer la verdad
completa y las razones del asesinato? Poner en práctica sus sentimientos de
venganza? Compartir también el mundo de violencia?
Por su mente se cruzan muchas
reflexiones y actitudes, con la conciencia clara de que “Laura no nació para
matar”, según sus propias palabras.
Con estas profundas vivencias
selecciona a dos actores naturales para la realización del drama, filmado
totalmente en Medellín. Natasha Jaramillo (Paula), en la interpretación de la
huérfana y Giovanny Rodríguez (Jesús), personificando al asesino.
Película colombiana con excelente
fotografía, una actuación admirable de los dos protagonistas, que “realmente
viven sus papeles” y un guión bien desarrollado.
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