Los secretos que existen bajo los pies de los
ciudadanos de Montreal
El director y guionista canadiense François Girard, conocido por la
película Thirty Two Short Films About Glenn Gould, regresa con una nueva
producción sobre la historia de Montreal. La cinta que fue nominada al Premio
de la Academia en la categoría a Mejor Película en Lengua Extranjera, hizo
también parte del Festival de Cine de Toronto y fue ganadora de cuatro Canadian
Screen Award, que son otorgados por la Academia de Cine y televisión
canadiense.
El filme presenta la historia de Montreal a través de una exploración
arqueológica que se realiza después de la aparición de un sumidero que se abre
en una parte del estadio Percival Molson en medio de un partido de fútbol
Americano. Durante la investigación el arqueólogo Baptiste Asigny, descubre las
diferentes generaciones que han ocupado esta tierra.
Con una estructura narrativa discontinua, el director pretende mostrar los
diferentes relatos que nacen tras cada objeto encontrado en la excavación. Cada uno de estos hallazgos, revela secretos
sobre los pueblos indígenas que habitaron las tierras del hoy conocido
Montreal, pero al mismo tiempo expone la época de la llegada de los franceses y
los británicos a los suelos canadienses.
Sin lugar a dudas, la cinta se destaca por su alto nivel visual que
refleja la buena labor de la dirección de arte, ambientación y el departamento
de efectos especiales, quienes lograron recrear con éxito las distintas épocas de
aparecen dentro del largometraje. Asimismo, sobresale el impecable trabajo
guion y de investigación que permitió revivir las lenguas de los mohawk y el
algonquino, los dos grandes pueblos nativos que fundaron Canadá.
De igual modo, este relato, muestra esa mezcla de razas que fueron
producto de la llegada de los franceses, británicos y sus esclavos, provenientes
de otros continentes. Igualmente, se puede apreciar la primera reunión entre
nativos y europeos, liderada por Jacques Cartier y el Jefe iroqués Tennawake. Un
importante hecho histórico que generó cambios para las dos partes.
Por otro lado, esta es una producción que permite tener ese acercamiento
con esos primeros pueblos que ocuparon la tierra canadiense. Pero a su vez, intenta
mostrar que todo lugar tiene memoria y unas generaciones que todo habitante
debe conocer.
En definitiva, HOCHELAGA, TIERRA DE ESPÍRITUS es un largometraje muy
bien estructurado, que se destaca por su
fotografía, puesta en escena, arte, sonido, casting, dirección y guion.
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