EL LADO HUMANO DE LA CIENCIA
Transcurría el final del siglo XIX, y una serie de inventos maravillaban
los ojos del mundo, la llegada del fonógrafo, el kinetoscopio, el daguerrotipo
y el hambre por la ciencia abría las mentes de las personas a un mundo de
oportunidades nunca antes soñado en la historia.
Pero especialmente entre 1893 y 1896 dos colosos de la ciencia, la
investigación y la ingeniería se disputaban el control del tipo de corriente
que llevaría electricidad a todas las ciudades de Estados Unidos, Thomas Alba Edison, el genio que le dio al
mundo la bombilla, las primeras nociones del teléfono, el fonógrafo y el
kinestocopio, que sería la base para el cinematógrafo de los hermanos Lumiere y
George Westinghouse, el titán empresario de la industria del gas, quien vio en
la generación de la electricidad con un tipo de corriente más barato que el de
Edison una forma más eficaz de llevar energía eléctrica a más lugares.
A partir de este mencionado hecho histórico, el director español Alfonso
Gómez Rejón se apoya de los nominados al Oscar Benedict Cumberbatch (“The
imitation game”, 2014) y Michael Shannon (Nominado por “Revolutionary Road” del
2008), para crear un profundo y emocionante filme llamado “Una guerra
brillante”, que se verá en las salas de cine del país desde el 5 de marzo.
En esta producción Gómez Rejón, no solo muestra una apasionante
descripción de hechos históricos, donde Edison, interpretado con profundo
sentimiento, humanidad y emoción por Cumberbatch, se muestra además de un
inventor perseverante y ansioso de dejar un legado para el mundo, como un
hombre de familia, quien usa a quienes más ama como una inspiración para sus
inventos, y el recuerdo de su esposa, que muere a pesar de sus cuidados, como su inspiración para mantener vivo su
legado, así sea rompiendo algunas normas éticas. Mientras que Westinghouse,
interpretado por Shannon con profunda elocuencia, basa su lucha con el apoyo de
su esposa, su amigo el ingeniero Pope, y el apasionado científico y antiguo
colaborador de Thomas Alba Edison, Nicola Tesla, (Interpretado por Nicholas
Hout), quien con sus diseños y patentes se une a Westinghouse, para demostrar al mundo que su forma de
corriente es la mejor opción no solo para iluminar la feria mundial de Chicago
en 1896, sino a todo el país.
Este conflicto, es mostrado mediante una ágil edición, donde la cámara
lleva al espectador al imaginario de estos dos hombres que dieron todo por la
ciencia, así como las batallas académicas de Tesla por tratar de construir un
modelo de motor que cambiaría la manera de transmitir energía al mundo,
mediante una edición activa, que motiva al espectador a adentrarse mediante una
fotografía que combina los grises y los colores con maestría, para representar los
inicios de la electricidad en varias ciudades de Estados Unidos, los rostros
sorprendidos del público de la época ante la llegada de los nuevos inventos que
hacían de sus vidas un lugar mejor y la sensación de maravillarse ante la
fuerza de los arcos de luz eléctrica en la feria mundial de Chicago en 1896,
hacen que el filme además de narrar hechos científicos o históricos muestre
como estos avances estaban cambiando el mundo para siempre.
De igual manera, “Una guerra brillante”, también ofrece a los
espectadores una perspectiva de los dilemas éticos que pueden llegar a tener
los avances tecnológicos, al mostrar como Edison accede para desacreditar a
Westinghouse a asesorar el uso de la energía eléctrica para la primera ejecución
de un condenado a muerte, mientras lanza al mundo su fonógrafo para que las
personas puedan grabar las voces de quienes amaban o incluso lenguas que estaban
por extinguirse, ofreciendo un contraste entre las diferentes posibilidades que
puede ofrecer el conocimiento y como los intereses políticos y económicos determinan el uso del saber.
Por lo tanto, esta producción ofrece una mirada humana, intensa e
históricamente bien documentada sobre los inicios de la expansión de la energía
eléctrica en el mundo, lo que significó para las personas que gestaron estos
procesos, los espectadores que presenciaron con asombro la llegada de nuevas
tecnologías al mundo y los dramas y conflictos que se entretejieron para formar
los avances que hoy se dan por sentados para gran parte de la sociedad.
Angel Galindo