miércoles, 26 de febrero de 2020

UNA GUERRA BRILLANTE




EL LADO HUMANO DE LA CIENCIA


Transcurría el final del siglo XIX, y una serie de inventos maravillaban los ojos del mundo, la llegada del fonógrafo, el kinetoscopio, el daguerrotipo y el hambre por la ciencia abría las mentes de las personas a un mundo de oportunidades nunca antes soñado en la historia.
Pero especialmente entre 1893 y 1896 dos colosos de la ciencia, la investigación y la ingeniería se disputaban el control del tipo de corriente que llevaría electricidad a todas las ciudades de Estados Unidos,  Thomas Alba Edison, el genio que le dio al mundo la bombilla, las primeras nociones del teléfono, el fonógrafo y el kinestocopio, que sería la base para el cinematógrafo de los hermanos Lumiere y George Westinghouse, el titán empresario de la industria del gas, quien vio en la generación de la electricidad con un tipo de corriente más barato que el de Edison una forma más eficaz de llevar energía eléctrica a más lugares.
A partir de este mencionado hecho histórico, el director español Alfonso Gómez Rejón se apoya de los nominados al Oscar Benedict Cumberbatch (“The imitation game”, 2014) y Michael Shannon (Nominado por “Revolutionary Road” del 2008), para crear un profundo y emocionante filme llamado “Una guerra brillante”, que se verá en las salas de cine del país desde el 5 de marzo.
En esta producción Gómez Rejón, no solo muestra una apasionante descripción de hechos históricos, donde Edison, interpretado con profundo sentimiento, humanidad y emoción por Cumberbatch, se muestra además de un inventor perseverante y ansioso de dejar un legado para el mundo, como un hombre de familia, quien usa a quienes más ama como una inspiración para sus inventos, y el recuerdo de su esposa, que muere a pesar de sus cuidados,  como su inspiración para mantener vivo su legado, así sea rompiendo algunas normas éticas. Mientras que Westinghouse, interpretado por Shannon con profunda elocuencia, basa su lucha con el apoyo de su esposa, su amigo el ingeniero Pope, y el apasionado científico y antiguo colaborador de Thomas Alba Edison, Nicola Tesla, (Interpretado por Nicholas Hout), quien con sus diseños y patentes se une a Westinghouse,  para demostrar al mundo que su forma de corriente es la mejor opción no solo para iluminar la feria mundial de Chicago en 1896, sino a todo el país.
Este conflicto, es mostrado mediante una ágil edición, donde la cámara lleva al espectador al imaginario de estos dos hombres que dieron todo por la ciencia, así como las batallas académicas de Tesla por tratar de construir un modelo de motor que cambiaría la manera de transmitir energía al mundo, mediante una edición activa, que motiva al espectador a adentrarse mediante una fotografía que combina los grises y los colores con maestría, para representar los inicios de la electricidad en varias ciudades de Estados Unidos, los rostros sorprendidos del público de la época ante la llegada de los nuevos inventos que hacían de sus vidas un lugar mejor y la sensación de maravillarse ante la fuerza de los arcos de luz eléctrica en la feria mundial de Chicago en 1896, hacen que el filme además de narrar hechos científicos o históricos muestre como estos avances estaban cambiando el mundo para siempre.
De igual manera, “Una guerra brillante”, también ofrece a los espectadores una perspectiva de los dilemas éticos que pueden llegar a tener los avances tecnológicos, al mostrar como Edison accede para desacreditar a Westinghouse a asesorar el uso de la energía eléctrica para la primera ejecución de un condenado a muerte, mientras lanza al mundo su fonógrafo para que las personas puedan grabar las voces de quienes amaban o incluso lenguas que estaban por extinguirse, ofreciendo un contraste entre las diferentes posibilidades que puede ofrecer el conocimiento y como los intereses políticos y económicos  determinan el uso del saber.
Por lo tanto, esta producción ofrece una mirada humana, intensa e históricamente bien documentada sobre los inicios de la expansión de la energía eléctrica en el mundo, lo que significó para las personas que gestaron estos procesos, los espectadores que presenciaron con asombro la llegada de nuevas tecnologías al mundo y los dramas y conflictos que se entretejieron para formar los avances que hoy se dan por sentados para gran parte de la sociedad. 
Angel Galindo

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