El título hace referencia a “las imágenes remanentes, a las ilusiones ópticas que aparecen tras haber mirado un objeto que refleja luz”, según la teoría de Wladyslaw Strzeminski, artista plástico, polaco, de los más importantes de la pintura de vanguardia de los primeros años del siglo XX, y creador del unismo.
El famoso
polaco, Andrzej Wajda, Oscar honorífico del año 2000, dirige este excelente
homenaje al artista, con una dirección fotográfica de Pawel
Edelman (El pianista, La Venus de las pieles ,
Un dios salvaje), extraordinaria puesta en escena,
ambientación, caracterización y análisis realista de los personajes que intervienen en
la obra: la pequeña hija del artista,
su amigo el famoso poeta Julian Przybos, y un reducido grupo de
alumnos de la universidad.
El talento
brillante y sobresaliente del actor Boguslaw
Linda, interpretando a Strzeminski, logra con Wajda, presentar
un reflejo de la lucha del artista contra los poderes comunistas que poco a
poco le van privando de todos sus derechos. Es un luchador de su propia
dignidad, de su libertad individual, y se aferra a sus principios y
autenticidad en contra del realismo socialista que le quieren imponer y en
contra también de cualquier clase de autoritarismo.
La película
es dura y fuerte porque muestra cómo le van quitando todos sus derechos, lo
privan incluso de su escasa manutención por no aceptar los principios del
partido comunista.
Discapacitado
de la primera guerra mundial, en la miseria y enfermo, Strzeminski deja este
mundo pero también el ejemplo de la rebelión contra el poder que quiere
despojarlo de su dignidad y valores auténticos.