El japonés Kore-eda Hirokazu, nacido en Tokio, ha sido
muy exitoso en la dirección de diversas películas, algunas de ellas son: After
life, Distance, Seguir caminando, Nuestra hermana pequeña, que obtuvo cinco
premios en Cannes en 2015.
Este director tiene preferencia en sus guiones por temas
sociales, familiares y muy humanos.
La dirección, el guión y el montaje son suyos en esta
humana película, que lleva al protagonista (Ryota) a reflexionar sobre algunos
desvíos de su vida pasada y reencontrarse nuevamente.
A la muerte de su padre, un sorpresivo tifón obliga a
toda la familia a pasar la noche juntos en casa de la abuela y les da la
oportunidad de dialogar sinceramente. Se debe resaltar en el guión la
profundidad de los diálogos y los valores humanos de los mayores. El tema se
basa en recuerdos y experiencias personales del director: “No todo el mundo
puede convertirse en lo que desea ser”, fueron sus primeras palabras para el
guión. Y analiza que muchas personas tienen dificultades que les impiden
convertirse en los adultos que querían ser. Hirokazu con estas imágenes y
secuencias invita a los espectadores a una reflexión personal sobre sus
ideales, su vida presente y sus objetivos para el futuro.
Los personajes están muy bien caracterizados, su
actuación sencilla y convincente, acorde con la temática de la obra.
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