martes, 21 de mayo de 2019

ALICE, PRESENCIAS DIABÓLICAS





El director y guionista  Michael G. Kehoe presenta una historia sobre una casa maldita,         en la que habita un espíritu  maligno. Lugar, en que unas jóvenes universitarias deciden pasar un fin de semana y cuidar de una niña, pero con lo que no contaban es que este casa de campo tenía un turbio pasado con un oscuro pasado.
 La película inicia contando el origen de la maldición de la casa. Esta primera historia que se desarrolla en 1968, muestra a un exsoldado Nazi, que vive con su hija y esposa. Pero un día, recibe por correo un extraño objeto con una  historia extraña que desencadena una serie de eventos trágicos en su familia. En esta primera parte, que busca contar el origen de la maldición se toma mucho tiempo para desarrollar este acontecimiento. Por lo tanto, hace que el espectador  no se “enganche” con la cinta desde el principio.
Por otro lado, la segunda parte es talvez la peor. Cuando llegan las adolescentes  a pasar un fin de semana en esta tenebrosa casa de verano y cuidar de la niña, descubren  que algo raro pasa en la casa y comienzan a investigar sobre los antiguos dueños de la granja. En este punto, la historia es bastante floja, inverosímil y con muchos elementos y personajes que no aportan nada al relato. Asimismo,  las escenas paranormales son realmente predecibles y aburridas, pues no cumplen con su objetivo.
Por su parte, los efectos son realmente decepcionantes, ya que son poco creíbles. Asimismo,  los momentos que deberían ser escalofriantes y tensionantes son en ocasiones ridículos. Igualmente,  esta segunda parte a diferencia de la primera, trascurre con rapidez, lo cual deja en evidencia los graves problemas de guión.

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