Aparentemente esta película dramática utiliza
la misma ambientación que otras de miedo o terror. Necesaria para contactar al
espectador con la narrativa que desarrolla y captar su imaginación y algunos
sentimientos.
Pero esta película es más interesante porque no
solamente produce el terror sino que deja al espectador reflexionando sobre
temas profundos: las creencias en lo sobrenatural, el eterno problema del mal,
la imaginación para transformar supuestas visiones como algo real.
El suspenso se acrecienta gracias a la dirección
y edición de Andy Nyman y Jeremy Dyson, a los novedosos movimientos de cámara,
a la fotografía y en gran parte a la temática. Dos famosos paranormales tratan
de investigar tres casos interesantes uno más que el otro…
“Ver” un espíritu en un antiguo manicomio, un
joven que afirma haber visto al diablo y la premonición de una muerte pocos
segundos antes de que sucediera realmente.
Lo que hace muy interesante la película son los
conceptos de los expertos en fenómenos paranormales que inquietan las creencias
y conceptos de muchos espectadores.
Además cierto terror se produce no tanto por
las imágenes en la pantalla como por los giros que toma el guión en su
desarrollo. Se convierte en un terror psicológico.
Película interesante para los cinéfilos que
gustan del terror, pero al mismo tiempo que divierte, genera varias
reflexiones.
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