El médico y director francés Thomas Lilti, quien ya ha tocado el
tema de la medicina en dos de sus películas anteriores, trae ahora su preocupación
sobre el método de enseñanza de la medicina en varias universidades: Inquietud
que aplica a otras carreras también. Métodos para ejercitar la memoria,
anticuados, anacrónicos y alejados de la realidad del mundo actual. Donde no se
da casi espacio a la reflexión, ni a la iniciativa, al emprendimiento ni a la
creatividad de los estudiantes. El problema no son los profesionales sino el
sistema actual de enseñanza.
“Estamos
saliendo de la escuela secundaria y el sistema educativo ya nos pone a
competir, nos clasifica, nos opone, para poder ingresar a la vida
universitaria”, dice Lilti. El sistema expuesto en esta película ha sido muy
criticado y Macron ya prometió que será abolido para el 2020.
En PRIMER
AÑO, aparece la ausencia de humanismo en
la medicina: Los protagonistas son Vincent Lacoste (Verdier) que interpreta a
un joven aspirante a médico que se enfrenta a un sistema académico absurdo en
el que 2000 estudiantes son sometidos a rigurosos exámenes de los cuales solo
300 van a poder ingresar. Verdier, por tercera vez intenta cumplir su sueño
mientras su amigo Benjamin
(William Lebghil), hijo de un cirujano, fácilmente obtiene el puntaje
necesario.
La obra se centra en la actuación
sobresaliente de los estudiantes, con una excelente fotografía y narración
sencilla pero de profundo contenido.
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