martes, 19 de junio de 2018

UNA ESTRELLA DE CINE NUNCA MUERE





El reconocido director británico Paul McGuigan, quien ha dirigido películas como The Acid House, El misterio de Wells, Obsesión, Victor Frankenstein, regresa con una nueva producción cinematográfica basada en las memorias del actor Peter Turner, el verdadero amor de la diva de Hollywood de los años 50 Gloria Grahame.
Esta cinta que se desarrolla entre los años 1979 y 1981, narra la inusual historia de amor entre estos dos actores, la cual es contada entre el presente y el pasado a través de creativas transiciones de tiempo, que le dan a la película ese toque romántico, pero a la vez dramático.
La producción además muestra esa etapa poco conocida de la actriz, pues después de varios divorcios, escándalos, cuatro hijos y una fama casi desaparecida, Gloria encuentra en un joven mucho menor que ella un apoyo para reiniciar su vida amorosa y profesional, pero esta relación se ve opacada por un agresivo cáncer que la veterana artista padecía desde hace varios años. Esta difícil situación separa a la pareja por un buen periodo de tiempo, pues ella decide ocultar la noticia a su familia y a su joven novio y llevar sola el peso de su enfermedad. Sin embargo, esta misma circunstancia termina uniéndolos nuevamente y fortaleciendo los sentimientos de cada uno.
Por su parte, el largometraje también evidencia el drama de Gloria Grahame, quien tras  años de fama, dinero y premios, es enviada al anonimato por su intento de salir del encasillamiento. Asimismo, en la historia se puede ver como la actriz luchó para levantar su carrera artística a tal punto de dejar su salud en segundo plano. Una mujer que además vivía pendiente de su aspecto físico, y que siempre se veía nostálgica cuando recordaba sus años como una de las mejores actrices de la pantalla grande en los Estados Unidos.
Igualmente se resaltan dentro del  filme las impecables interpretaciones de los protagonistas, especialmente en las escenas románticas,  pues verdaderamente se mostraban como una pareja enamorada. Por otro lado, el actor Jamie Bell hace una excelente interpretación en las dos últimas escenas cuando siente que  perderá a su gran amor. En estas, logra transmitir al espectador su tristeza, dolor y resignación.
Finalmente, se puede decir que el director capturó la esencia de este romance, dejando de lado las diferencias de edad y de posición social que existían entre los personajes principales.
Una película con equilibrada mezcla entre dolor, amor y drama.





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