jueves, 10 de octubre de 2019

SALVAJE








Camille Vidal-Naquet, presenta su ópera prima con un tema todavía vetado para ciertas mentalidades, pero real, crudo y en muchos casos deprimente.
Para llegar a la profundidad de la desviada homosexualidad masculina y marcar fuertemente las imágenes, con realismo y dolor, eligió un personaje, Felix Maritaud, quien con profesionalismo y una auténtica interpretación manifiesta el dolor, la soledad, y la angustia de un joven desesperado por encontrar afecto y al no lograrlo se prostituye continuamente por dinero.
Las secuencias que presentan con imágenes explícitas la vida sexual desordenada y absurda de este joven provocan en el espectador tristeza, lástima y dolor, al ver a un ser humano caer tan bajo.
Cuando Léo percibe que ha encontrado su pareja, sus actitudes cambian y manifiesta abierta e ingenuamente su deseo de orientar su sexualidad de una forma aceptable, libre y respetable, y poder expresar su amor con estabilidad. El director señala el camino correcto para ejercer una homosexualidad honesta, satisfactoria, y que sea la expresión del verdadero afecto y amor para la pareja, y así se puedan realizar como personas.
El crudo retrato presentado por Camille de una homosexualidad negativa se repite en muchas ciudades, a veces con indiferencia de la sociedad. Sin ser moralistas, se necesitan ayudas médicas y psicológicas para que, respetando la libertad de cada uno, los homosexuales puedan realizar su amor y afectos sanamente.



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